Viajé de Madrid a Londres en Easy-Jet. Reservé hoteles en web sites fantásticos, donde se puede ver hasta las sábanas de las camas, ubicación, planos... Alquilé un auto por menos de la mitad de precio que lo que me ofrecía un buen amigo dedicado al negocio de los viajes, y sin necesidad de dejar la tarjeta de crédito hasta el mismo momento en que me entragaron el auto en una agencia de las mejores.
No son los diarios los que deberían preocuparse por su futuro. Internet terminará mucho antes con las agencias de viajes.