El Jefe de Información de un diario es un periodista que se levanta con ganas de comerse el mundo antes del desayuno. Decide para dónde ir ese día. Con intuición, apuesta por las informaciones y por el modo de cubrirlas. Pero sobre todo es un descubridor de noticias y de historias. Es quien mejor sabe leer los diarios y quien encuentra un diamante donde nadie ve más que lo de siempre. Es el puesto clave en toda redacción, por abajo del Jefe de Redacción y por arriba del Jefe de Cierre o copy editor. En la reunión de blanco, reunión de editores, budget meeting, o como se llame en cada lugar, deben estar los tres. Si no hay Jefe de Información (o de Apertura), debe ser el Jefe de Redacción quien se encargue de abrir el diario: es mucho más útil a esas horas que en el final del proceso, cuando el cierre impone lo que más se ve: corregir errores, atajar penales, apurar la tropa para salir a tiempo.
Cuando no hay una apertura eficaz, los diarios solo se cierran de la mañana a la noche. Cierran a los ponchazos con los temas que mandan otros. Cierran tarde y mal los diarios commoditizados por fuentes interesadas, por los poderes, por los políticos. Cierran sin agenda, sin coherencia y sin consistencia.
A esto se reduce todo el trabajo de un diario. Y, como dice Juan Varela, cierra bien quien abre bien. En este sentido las secciones de un diario son solo dos: una que abre y otra que cierra. Se podría armar una redacción con solo tres Jefes, de dos de ellos dependería gente de política, economía, espectáculos, deportes, información general, fotografía, arte... (cfr: Las secciones son lugares de poder, en Paper Papers, 4/1/07).
Los diarios commodity, en Paper Papers, 28/1/06
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