Los diarios un producto cultural, ideológico e informativo. Su contenido principal son las informaciones, opiniones e interpretaciones de la realidad, que es lo que hacen los periodistas. Pero hay un porcentaje muy importante de los contenidos que es información o persuasión publicitaria. Algo menor es el contenido de entretenimiento. Mucha gente compra el diario por los anuncios, por el sudoku, las palabras cruzadas o las tiras cómicas y después se entera o no de lo que dicen los periodistas, de la construcción de su comunidad y hasta de la defensa de sus intereses y de los principios que defiende el diario si es que hay alguno.
Pero además los diarios matutinos, los que entran todas las mañanas en las casas de los lectores, son un vehículo de una potencia extraordinaria. Un aceitado canal de distribución con la capacidad de llegar a todos los domicilios de una región determinada a la misma hora.
No hay ninguna razón para que el IVC, la OJD, el ABC o la oficina de medición de audiencias que sea, se oponga a que se cuente el número de ejemplares que llegan a esas casas porque lo hacen con un producto no editorial o no informativo.
El IVC de la época de Gutenberg, en Paper Papers, 20/10/06.
No hay comentarios:
Publicar un comentario