Siempre sospeché de los periodistas que escriben libros de periodista. No de los que escriben novelas o ensayos, sino de los que, después de cubrir un tema para su medio, salen con un libro urgente sobre el caso, con título catástrofe, del estilo: "Toda la verdad sobre la extraña muerte de Nora Dalmaso" ¿Quiere decir eso que se han guardado parte de la verdad? Parece que sí, y no sabremos nunca si se lo han guardado por censura o porque se lo han reservado para un libro.
Dice Carlos Soria que el periodista es mitad profesional liberal, mitad empleado. Pero reafirma esta idea solo con el secreto profesional, que es una característica de los profesionales liberales. Ahora hay que agregar que se puede ser periodista sin necesidad de pertenecer a una gran estructura empleadora, como ocurría hasta hace pocos años. Si la fotocopiadora hizo de todo ciudadano un editor y la computadora le dió la posibilidad de ser escritor, internet les está permitiendo a todos ejercer el oficio de los periodistas.
Los periodistas deberían tener solo un trabajo a tiempo completo y bien pagado; y poner todas sus energías al servicio de su patrón, por lo menos en los temas que cubren. O no tener ninguno y ser completamente independientes.
Queda todavía un tema flotando, que es el de los periodistas empresa, esos que son ellos mismos toda una empresa periodística...
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