Apareció Bill Gates para cerrar la reunión de la Sociedad Interamericana de la Prensa en Cartagena. Y también Gabriel García Márquez, que antier se escaqueó del panel sobre narrativa. Una lástima, ya que era lo más importante que se podía decir en esa reunión de periodistas. Al final solo lo aprovecharon sus propios amigos que compartieron mesa con él en un almuerzo. Bill Gates habrá hablado de la necesidad de evitar la tala de miles de pinos: los mismos que se plantan para hacer diarios. Es que no sabe todavía que si no hubiera diarios no habría pinos, lo mismo que no existirían los pollos si no nos los comiéramos, o los toros bravos si se acaban las corridas.
También acusó la SIP a gobiernos y autoridades que amenazan la libertad de prensa en el continente. Es su misión hacerlo, pero peor amenaza que las broncas de Hugo Chávez, de Evo Morales o de Néstor Kirchner es la ignorancia de nuestro pueblo. Peor todavía que la cárcel de los hermanos Castro a 28 periodistas cubanos es la pobreza de nuestra gente. La educación es la verdadera riqueza de un pueblo. No es posible la libertad de expresión si ni siquiera sabemos usar el lenguaje. Y más grave todavía es que a veces no llegamos a saber que nos falta esa libertad.
Es una desgraciada realidad latinoamericana: nadie puede decir lo que no sabe cómo decir.
Las verdaderas amenazas a la libertad de prensa, en Paper Papers, 1/9/06
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