Lo mejor es enemigo de lo bueno dice un refrán en español, de tanto sentido común que seguramente tiene una versión en cada idioma. Es un mecanismo habitual en muchos gerentes de la industria de la prensa y funciona a la perfección: ante una buena y sencilla idea plantean una mejor, pero irrealizable. Como consecuencia no se hace lo primero ni lo segundo. Las dos ideas parecían buenas, pero la segunda era una mala idea, por estéril y esterilizadora.
El mejor antídoto para la idea mejor es el hecho consumado. Hay que actuar, porque el mundo es de los que llevan a cabo las ideas más que de los que las tienen.
Un caso
Primera idea: Mudar la redacción del diario al centro de la ciudad.
Idea estéril: Pero compremos un edificio emblemático, importante, grande.
Solución: Alquilar urgente un local pequeño en el centro de la ciudad.
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