Todos los diarios pretenden vender más ejemplares y superar a su competencia. Solo algunos, como el New York Times, han llegado a aumentar el precio de su edición del domingo para frenar la circulación. Pero era una cuestión de equilibrio entre los costos del papel (más de un kilo por ejemplar), los ingresos publicitarios y las ventas al número.
En números gruesos, la ecuación da igual si vendemos el doble de ejemplares a la mitad de precio. Pero con el doble de ejemplares se pueden duplicar y hasta triplicar los ingresos publicitarios que soportarían el mayor costo del papel. Vender más ejemplares a menor precio es mejor negocio para cualquier periódico.
Pero esto no es así para los canillitas o los que hacen el puro negocio de la distribución. Ellos prefieren siempre ganar más trabajando menos: les conviene vender la mitad de ejemplares al doble del precio. Es un error tercerizar la comercialización de los diarios. Como la infraestructura vial o ferroviaria de un país, la distribución de un periódico no es un negocio sino una inversión.
Esta no es la única razón. Hay otras de mucho peso para controlar la distribución.
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