Hoy ya no es una novedad la muerte de Roberto Fontanarrosa, uno de los humoristas de más talento de la Argentina. Falleció anteayer en Rosario, su ciudad, a los 62 años. La parálisis progresiva que lo mataba de a poco se lo terminó llevando.
Sorprende todavia la trascendencia de su muerte. Lo está llorando toda la Argentina que todavía no se repone del duelo. Ayer en las radios casi no se habló de otros temas. Todos los diarios le dedicaron un espacio importante en sus portadas, aunque Fontanarrosa solo publicaba sus tiras en Clarín desde 1973. Dicen que todos los rosarinos están como si se les hubiera muerto un pariente cercano.
Roberto Fontanarrosa era un periodista polifascético por sus lenguajes. Sus tiras y viñetas eran las de un amante perspicaz de la realidad. Pero también escribió columnas, cuentos y noveleas con el estilo desenfadado de un periodista sencillo y excepcional a la vez, capaz de hacer con un dibujo todo un reportaje sobre la envidia o la intolerancia. Viejo con árbol es un cuento de Fontanarrosa, pero también es un reportaje al fútbol de barrio.
Los buenos dibujantes de diarios son periodistas y sus tiras o viñetas son columnas.
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