Hubo una interesante y auspiciosa novedad en la reunión del comité técnico del IVC de la Argentina el miércoles 13. Se postergó la entrada de un semanario mendocino llamado Mendovoz: un folleto con fines políticos y forma de periódico gratuito.
"Un día estarán sentados todos ellos en esta mesa y nosotros afuera" explicó ansioso uno de los presentes. "Todos sabemos quién es serio en esta industria y quién es un pirata" aventuró otro. La discusión fue de las más interesantes que presencié en una reunión de periódicos.
No hay argumentos de peso para impedir la entrada en cualquier agrupación de periódicos a quien imprime una publicación. Ni la independencia, ni los contenidos, ni el capital, ni la inversión. Pero es cierto que todos sabemos quiés es quién. Al final es cuestión de bolilla negra: como en un club exclusivo, los que están adentro pueden oponerse a la entrada de cualquiera sin dar razones.
Por desgracia hay bastantes indeseables en estas instituciones. La industria debería protegerse de ellos, ya que su fin es, muchas veces, terminar con la independencia y la credibilidad de la prensa, que es si principal capital y el eje de su negocio.
El IVC, la competencia y el coleguismo, en Paper Papers, 18/5/07
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