En el Ecuador es bastante normal que las empresas editoras provean de uniforme a sus empleados, también a los periodistas. Pero ocurre solo con las mujeres: los varones no tienen ese derecho (y si lo tienen no lo ejercen). No es una obligación, pero ellas aseguran que es muy cómodo ya que no tienen que pensar en qué ropa ponerse cada día. Además no gastan su propia vestimenta sino la de la empresa que la repone cuando es necesario.
Ante mi sorpresa por considerarlo un modo de segregación, no solo entre varones y mujeres, me contestan que no hay ningún motivo para asombrarse: ellas salen a la calle a cubrir las noticias (a descubrirlas debería ser), vestidas de empleadas bancarias. Con trajecito sastre azul y blusa de rayitas andan por los malls, se meten en la Bahía o se suben a un helicóptero. Pero sobre todo se identifican como algo extraño al resto de los ciudadanos. Al final el uniforme es como el carnet o las ruedas de prensa: un atentado a la diversidad de la información.
El carnet es un cepo para periodistas, en Paper Papers, 8/8/07
Las ruedas de prensa, en Paper Papers, 7/8/07
El periodismo es un oficio, en Paper Papers, 26/4/07
Los diarios commodity, en Paper Papers, 28/1/06
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