Son solo tres párrafos de Viajes con Heródoto, de Ryszard Kapuściński. Algo corregí de la versión española de Anagrama (cuarta edición, diciembre 2006, pp. 254 y 255), pero me superaron los gerundios, así que los dejo como estaban.
"Allí, en Argel, después de varios años de ejercer de reportero, empecé a darme cuenta de que iba por un camino equivocado. El camino de la búsqueda de las imágenes espectaculares, de la ilusión de que es posible escudarse en la imagen para sustituir con ella el intento de penetrar más profundamente en la comprensión de la realidad, de que es posible explicarla tan solo a través de lo que la imagen tiene a bien mostrar en los momentos de las convulsiones espasmódicas del mundo, cuando lo sacuden disparos y explosiones, cuando se llena de fuego y humo, de polvo y olor a chamusquina, cuando todo se desmorona no dejando piedra sobre piedra y sobre los cascotes se sientan personas desesperadas inclinándose sobre los cuerpos sin vida de sus allegados."
"Pero ¿cómo se ha producido tamaña tragedia? ¿Qué revelan estas escenas de aniquilación, llenas de gritos y de sangre? ¿Qué fuerzas, poderosas e indómitas, subterráneas e invisibles al tiempo, las han desencadenado? ¿Revelan el final de un proceso o, por el contrario, su inicio? ¿No augurarán acaso más conflictos y nuevos actos cargados de tensión? ¿Y quién se encargará de seguirlos? No lo haremos nosotros, los corresponsales y reporteros, pues apenas en el lugar de los hechos entierrren a sus muertos, apenas retiren de las calles los coches quemados y barran los cristales rotos, enseguida recogeremos nuestros bártulos para marcharnos allí donde se incendian coches, se hacen añicos los cristales de las vitrinas y se cavan tumbas para los muertos."
"¿No sería posible salirse de este estereotipo, de esta sucesión de imágenes, para intentar llegar más allá? Al no poder escribir sobre tanques, coches quemados y escaparates rotos -pues no vi nada de esto-, y queriendo al mismo tiempo justificar mi arbitraria decisión de emprender aquel viaje, empecé a buscar el trasfondo y los resortes del golpe, intentado averiguar lo que escondía y qué significaba, para lo cual me puse a hablar con la gente, a observar sus rostros y comportamientos, a escrutar el lugar y, también, a leer; y todo con el fin de intentar comprender algo."
Otra mirada, la del periodista, en Paper Papers, 22/5/07
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