La indiferencia de los lectores mata a los diarios. Pero lo que en realidad los mata es el intento de muchos editores de darles basura: aburrirlos con lo de todos, con lo de siempre, con lo que otros quieren que digamos, con información barata en lugar de periodismo. La indiferencia de los lectores es una respuesta lógica y natural a la sobrecarga de lo mismo de siempre: están aburridos y nosostros los aburimos más todavía con información que no les interesa. Lo anunciaba Orrin Klapp en 1986 cuando publicó Overload and Boredom: Essays on the Quality of Life in the Information Society.
Después decimos que orientamos a los lectores en el caos de la información. O que prestamos un servicio necesario. Hasta nos atrevemos a calificarnos de servidores públicos y sostenemos que lo nuestro de un sacerdocio. Patrañas. Los periodistas contamos historias que la gente quiere leer u oir. Siempre ha sido así porque el hombre es un animal que cuenta historias. No tiene más secreto el periodismo ni la industria de los medios. La información y la publicidad solo aprovechan el soporte de los medios y son iguales en todos ellos. Las historias no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario