Ese es el título con que se publica el editorial de hoy del diario El Territorio de Posadas (Misiones, Argentina). El próximo domingo se elige gobernador y a partir de las ocho de la mañana de hoy no se puede hacer más campaña política. Antes de esa hora el diario publicó este editorial:
"No es costumbre en la Argentina que un diario sea tan explícito en sus planteos ante una elección: sí lo es en las principales democracias del mundo y en diarios antiguos y prestigiosos como el New York Times o El País de Madrid. El Territorio lo hizo el año pasado cuando se jugó en favor de los principios republicanos y democráticos en la provincia desde que el gobierno avasalló a la Justicia y luego intentó la reelección indefinida del gobernador. La dirección de El Territorio estaba convencida entonces, como lo está ahora, de la necesidad de terminar con un modelo que ataca la paz social y las bases de la democracia en Misiones. Por este motivo consideramos necesario dar una explicación transparente, precisamente hoy, antes de unas elecciones que son cruciales para el futuro de la provincia. Es clásico en la historia del periodismo y en los vaivenes de las democracias: cuando el poder se concentra y abusa de sus prerrogativas, la prensa pasa a cumplir el papel de la oposición. Y cuando las cosas vuelven a su cauce, los diarios independientes retornan también a su equilibrio, siempre crítico y vigilante. Por eso, este apoyo a una candidatura no significa un aval de El Territorio a un gobierno, al que evaluará en su momento con el espíritu crítico de los tiempos normales."
"El régimen actual planea un proyecto de permanencia despótico en el poder, manejando la Justicia y la Legislatura como apéndices. Esta situación implica inseguridad jurídica, impunidad y reparto de los negocios a parientes y allegados. Enriquecimiento de unos pocos con los dineros del Estado en detrimento de las mayorías, siempre desplazadas. Y todo esto envuelto en un discurso engañoso, solo posible con el control absoluto de los medios de comunicación. Si los candidatos se hubieran mantenido unidos, o si en Misiones existiera ballotage, hubiese sido fácil derrotar al régimen. Pero la atomización de los pretendientes a la gobernación y la Ley de Lemas, conspiran directamente contra esta necesidad. Tienen derecho a su candidatura, se lo han ganado en buena ley y seguramente lo hacen por vocación política que a veces es tan fuerte como un instinto. No pretendemos juzgar a ninguno de ellos ni menospreciarlos: el año pasado demostraron que se pueden unir cuando el peligro acecha. Pero esa unidad se perdió hace tiempo y la división hoy pone en peligro el éxito logrado el año pasado. "El partido tiene dos tiempos", decía Joaquín Piña, "y todavía falta jugar el segundo". La sombra del poder desmedido está acechando con la oposición dividida en cinco candidatos que se castigan entre ellos con toda la vehemencia del fin de la campaña para llevarse algunos votos. Esa dispersión favorece directamente al candidato de Rovira, que podría ganar la gobernación con el 75% de los votos en su contra, pero dispersos. Tampoco está El Territorio en contra de Maurice Closs como persona o político, pero en esta circunstancia representa un régimen que afecta irremediablemente la esencia de la convivencia pacífica en la provincia."
"Hoy el voto estratégico es a Pablo Tschirsch, porque aparece como el único que puede llegar a derrotar a Rovira. Restarle un voto a Tschirsch puede dejar en el poder a los que la inmensa mayoría del pueblo misionero quiere expulsar. Hay que recordar que Tschirsch gobernará solo cuatro años y promete un gobierno de transición que reorganice la provincia para mejores tiempos. Y que ha suscrito en conjunto con su grupo político, un acta solemne donde comprometen su honor, en actuar sobre diez problemas graves que afectan hoy a Misiones. Las encuestas más serias, las que acertaron el año pasado y que publica hoy El Territorio, en principio dan ganador a Tschirsch, pero creemos que, además, hay que votarlo, para disipar el riesgo de fraude con un mayor margen de sufragios. No tenemos dudas de sus intenciones, como no la tenemos de otros, pero desgraciadamente, al no haber ballotage, esos otros hoy no suman: restan."
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