Una vez le pregunté a un economista que pasaría si se anulaban los impuestos. Trabajaba entonces para una revista semanal y ese día me habían encargado pasar por la redacción de El Cronista Comercial para buscar un escrito de Juan Carlos de Pablo. El problema entonces era la inflación y supongo que debía ser en el año 1981. Los precios trepaban inflados por el desmedido gasto público que el gobierno alimentaba con emisión. Todavía creo que es una buena solución rebajar los fondos del estado suprimiendo impuestos, porque el que no tiene dinero no lo gasta. Me pareció lógico proponer una política de estado que suprimiera la mayoría de los impuestos. Un estado pobre debería convertir al país en una Utopía maravillosa: el poder dejaría de ser apetecible por sus cajas, solo gobernarían los que tuvieran vocación de servicio, se terminaría la corrupción y viviríamos felices. No se gobernaría con la billetera sino con el cerebro.
¿Qué pasaría si los diarios no tuvieran ganancias? La pregunta se me ocurre ahora ante una pregunta de Sergio Sotelo sobre los periódicos sin fines de lucro. Es la solución al revés: ya que los diarios no consiguen ser independientes aunque ganen mucho dinero, quizá lo podemos conseguir si no lo ganan: si no necesitan dinero son incorruptibles.
“Mother Jones, Harper’s y National Public Radio de los Estados Unidos no tienen fines de lucro y producen el mejor periodismo del mundo, en parte porque su agenda se construye desde los mandatos de la organización” y no por las exigencias del dinero, dice un post de Adbusters.org titulado State of Emergency. “Hasta algún diario como el St. Petersburg’s Times de Florida ha adoptado el modelo con éxito”. El St. Petersburg’s Times es propiedad del Poynter Institute for Media Studies por decisión póstuma de Nelson Poynter. El diario es la principal fuente de ingresos del instituto. Lo siento por el autor del ensayo, pero estos casos son tan marginales que no cuentan: un sistema público de radio, dos revistas mensuales de circulación regular y un periódico local(aunque acepto que es uno de los mejores de los Estados Unidos). No discuto el buen periodismo de Harper´s Magazine o de Mother Jones: son revistas muy bien hechas, bien escritas y muy creativas pero tienen más opinión que periodismo de verdad.
Siempre me gustó la analogía entre el periodismo y la universidad. Los medios –sobre todos los periódicos– son empresas ideológicas, igual que las universidades: su producto es la idea. Y las mejores universidades no tienen fines de lucro. Su fin casi siempre es parecido al del periodismo: cambiar el mundo. Se mantienen con fondos que les permiten investigar en lo que interesa al fin de la universidad y no a las empresas o los poderes. La diferencia entre la universidad y el periódico es su relación con el poder (tantas veces corrupto y corruptor).
Creo que puede haber diarios y otros medios sin fines de lucro y también que pueden ser independientes. Pero eso no que quiere decir que sean pobres: el presupuesto de la independencia económica para la independencia ideológica sigue en pie mientras alguien no me demuestre lo contrario. La diferencia está en el modo como se consigue el dinero. Algo más: al ser también un negocio de poder, los periodistas y los directivos siempre estarán sometidos a sus presiones. Los diarios no son monasterios donde se puede suponer la incorruptibilidad de todos los monjes por más pobres que sean. Es muy difícil sustraerse a las presiones del poder con el estómago flaco y la billetera famélica.
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