En el artículo de la contratapa de Perfil ¿del sábado?, Jorge Fontevecchia clasifica a los medios argentinos en cuatro categorías según su relación con el público y con el poder:
"...los medios optan entre cuatro alternativas viables: el técnico o puro (puro no implica que quienes lo hacen sean puros, como no son puros quienes fabrican alcohol puro), que es siempre crítico como el periodismo del watchdog norteamericano; el ideológico que, consecuente con su sistema de creencias, aplaude o critica a quienes se acercan o rechazan sus ideas y que a lo largo de los años puede ser oficialista con un gobierno y crítico con otro, manteniendo su coherencia; el 'utilitarista', cuya versión suave aplaude a quien le paga o le hace favores y en su versión dura critica a quienes todavía no le pagaron o a quienes se oponen a quien le pagó; y el marketinero, que busca satisfacer a la mayor cantidad de consumidores"
Y agrega:
"El error del Gobierno fue haber confundido el estilo marketinero de Clarín con el de los medios 'utilitaristas', que siempre tienen un precio. Clarín no tiene precio cuando se trata de ir contra la opinión pública, lo que no quita que mientras eso no ocurra trate de sacar el mayor provecho de los gobiernos crédulos que creen que pueden dominarlo".
Utilitarista es un eufemismo por extorsionador, por eso lo pone entre comillas. Y la confusión del poder es lógica y natural si se piensa que para casi todos los gobiernos solo hay medios extorsionadores porque ellos lo son. Están convecidos que todos tienen un precio porque han probado que muchos lo tienen.
Todavía no he logrado convencer a nungún político de la bondad de un diario independiente. Cuando les digo que a los honestos les conviene un diario creíble, se ponen como locos. Prefieren comprar plumas para que los diarios digan de ellos lo que ellos quieren, aunque nadie del público les crea. Tiran la plata para satisfacer su propio ego y no se explican cómo pierden la elecciones a pesar de dominar los contenidos de todos los medios.