El New York Times ha reconocido pérdidas por 335.000 dólares en el primer cuatrimestre del año. Todavía el número es pequeño como para establecer una tendencia, pero hace nada en el mismo período ganaba millones. Estas pérdidas son consecuencia de la reducción de la inversión publicitaria en prensa gráfica y no de la circulación, que no ha mermado.
Si la tendencia se confirma (y todos los hechos van para allí) el achique en la industria gráfica se producirá en la cantidad de títulos más que en la cantidad de ejemplares por título, ya que la inversión publicitaria deberá repartirse en menos cabeceras. Esto no es una calamidad ni una catástrofe sino una consecuencia lógica y hasta previsible de la proliferación (verdadera contaminación) de periódicos en los últimos años. Diarios y revistas cuyo negocio es repartirse el dinero con el poder cuando no la extorsión lisa y llana.
Pero entonces, la pregunta es ¿cuáles quedarán?
La sociedad necesita de la prensa libre e independiente. Debería ser buen momento para esos medios y para esas empresas: el dinero pagado por publicidad en medios de aventura y poco creíbles se tira a la basura y hasta es contraproducente, como lo es pagarle al extorsionador el precio de su chantaje. En prensa no hay ley del más fuerte sino del más creíble.