Héctor Magnetto, el CEO del Grupo Clarín, advirtió en estos días a su entorno que debían prepararse para los peores ataques por parte del kirchnerismo, incluso lo más abyecto. Poco después los ultra kirchneristas distribuyeron por correo electrónico fotos familiares de Magnetto y Ernestina Herrera de Noble hackeadas de sitios privados (ningun medio las publicó). En Clarín saben que Kirchner es duro para el arrugue y esperan una guerra sin cuartel.
Informar a los lectores de las propias batallas es una de las tareas más difíciles en todos los diarios. Clarín apenas está aprendiendo a hacerlo. A veces con aciertos y otras con golpes al aire. Así será esta pelea, que ojalá sirva para demostrar a los que hacen el diario que vale la pena luchar por la libertad.
Pero lo más notable de esta pelea entre Clarín y el kirchnerismo es que se repite una vez más la historia del código genético de los diarios. Algo -su código genético- puso a Clarín en su sitio de un plumazo. Para Jorge Asís fue la nota sobre los casinos de Crístóbal López. Para otros fue la caricatura de Hermenegildo Sábat. Esas son apenas las consecuencias de un código genético bien puesto, no se si por Roberto Noble o por Rogelio Frigerio. Clarín se levantó sobre sus propios dueños, ejecutivos y empleados y se puso de frente contra el poder despótico del matrimonio Kirchner. Esa es la misión de un diario.
El milagro de Pareto, en Paper Papers, 25/6/07
Las palabras son acciones, en Paper Papers, 28/5/07
El código genético de los diarios, en Paper Papers, 5/11/06