En 1996 La Nación publicó este Rapto de Europa: un rinoceronte, un toro negro y enojado (no enamorado), un cíclope y hasta el Minotauro se confundieron en la cabeza del ilustrador Villareal, que tuvo que ponerle un cartel a la desdichada Europa. Doce años después, el viernes pasado, corrigieron el Rapto de Europa, pero con un toro azul (el color de la Unión Europea):
El jueves a la noche debieron razonar así en la reunión de portada de La Nación:
Ya se sabe que la industria editorial es incestuosa y endogámica, pero no sabíamos que El Periódico de Cataluña se copió impunemente de El Periódico de Corrientes (Argentina). Lo que no se atrevieron a copiar son los títulos sombreados, los caretos iguales y la fantástica fórmula de gobierno del intendente de Ituzaingó.
El viernes pasado me subí al subte (el metro de Buenos Aires) para ir al dentista. Al entrar en el andén de la estación Tribunales me entregaron este ejemplar de La Razón, el gratuito del Grupo Clarín. Cuando a la vista de los títulos agradecía al Cielo haber elegido el subte para viajar hasta Belgrano, abrí ingenuo el diario y me encontré con la portada real. La tapa, contratapa y las retiraciones de esta edición de La Razón son publicidad del estreno de la película The Happening de Night Shyamalan.
Pero finalmente no será híbrido sino combo. Dos en uno:
1. No te pasarás editando textos. A Murdoch le molesta que en The Wall Street Journal corrijan los textos hasta dejarlos absolutamente impecables. "En este momento, cada historia en el diario es corregida o editada por 8,3 personas.
Via BDC de Juan Mansilla.
Crítica es el diario que refleja mejor la incredulidad de los argentinos ante el discurso oficial.
Una grande y tres chicas en el friso:
Cartelera parroquial:
Dos iguales, cuadradas, compiten y estresan:
Sala celeste de jardín de infantes:
Solo una y grande, pero compite con el Che:
Una grande y dos chicas iguales. La del zócalo mata la página:
Una sola -la que vale- grande y sobre fondo negro:
Otro caso de caras tapadas, pero esta vez por unas camisas y para no malograr las ruedas de reconocimiento. Es una foto de la policía, por lo que los ladrones podrían ser hasta dos agentes: da igual. La foto no dice nada y no interesa. Es inútil publicarla.
Pixelado innecesario en esta foto publicada por La Nación con las caras de los chicos tapadas aunque en el epígrafe apararecen con nombre, apellido y barrio de Buenos Aires además de la preocedencia. La nota trata sobre chicos que nadie adopta por la edad. La adpoción no es un riesgo y una foto con los padres -que es evidente que la permiten- supone siempre el permiso de publicación. Además, quien reconoce a los padres reconocerá a los hijos en este borroneo que, para colmo, es bastante leve.
Ocho en diez es el 55%. Pero la noticia es más completa: entre los enfermos de sida de 13 a 19 años, por cada ocho varones hay diez mujeres. Es noticia porque en las edades mayores a 20 años los varones son clara mayoría. Está cambiando una tendencia en la pandemia.
Es un principio elemental de toda la industria gráfica. Los que trabajan en las pantallas de la redacción, deben conocer con precisión cómo es el resultado final que imprime el taller.
¡De campeonato mundial! En La Nación de Buenos Aires de hoy. En lugar de poner un número 30, así en árabe, lo escribieron en cruzrojo.
Aunque sea el más patético, el post de ayer no es el único caso de fotos estúpidas o inútiles en diarios. Una imagen sin cara, sin expresión, pierde el 90 por ciento de su interés. Entonces para qué publicar una foto a la que hay que taparle la cara. ¿No sería mejor no publicarla? ¿Cuándo hay que proteger la identidad de un menor y cuándo no es necesario? ¿Se protege la identidad con una cinta negra en los ojos o pixelando la cara? Estas fotos de La Nación de Buenos Aires (portada del 17/1/07) muestran a adolescentes en actitudes de riesgo presunto. Lo que importa es la conducta que se muestra y no los jóvenes en particular. Son documentos gráficos elocuentes de una situación en la que los editores prefirieron proteger la identidad de los protagonistas. Pero al estar en la vía pública no creo que sea necesario proteger la identidad de los fotografiados. Además, aunque sean menores de edad, no son niños sin uso de razón.
Si hay una foto inútil en un diario es esta. Es imposible mostrar a una persona sin que se conozca su identidad. Lo que hay que hacer no mostrarla. Peor todavía si se trata de una nota sobre cirugía estética ¡en la cara! Encontré esta perla en un diario de Misiones que bate todos los récords de estupidez informativa. Pero no debería ser tan grave para ese periódico en particular, ya que lo que hacen no es periodismo sino publicidad disfrazada de periodismo. Tanto que se escudaron en su condición de publicitarios cuando un redactor a quien habían echado los demandó según las leyes y los convenios que rigen la profesión de los periodistas y su relación con las empresas informativas.
Murió Bernardo Neustadt. Después de almorzar en su casa de Martínez, de un paro cardíaco, como todo el mundo. Hace unos días asistí a la presentación de su libro Escribir sobre el agua en la plaza Lavalle de Buenos Aires. Estaba como siempre. El encuentro me hizo recordar alguna ocasión en la que me enfrenté con las preguntas con respuesta inducida de don Bernardo: Hoy no se cayó ningún avión. Neustadt había nacido en Rumania el 9 de enero de 1925 y emigró a la Argentina con sus padres cuando tenía seis meses. A los 14 años ingresó en el diario El Mundo. En 1964 fundó la revista Todo y en 1965 el semanario Extra. En 1975 publicó la revista de economía y negocios Creer. Junto al periodista Mariano Grondona, realizó durante 30 años el programa semanal Tiempo Nuevo. Y en radio fue el conductor de numerosos programas: En privado, El clan del aire, Belgrano Show, Nuevo día, De vuelta, Prohibido para hombres y Despertando con Bernardo Neustadt. Fundó junto a Santiago Pont Lezica, FM Milenium en 1998. Su último post en el sitio bernardoneustadt.org es de ayer y en él se despide hasta el lunes. Hay que remarcar la puntería de Neustadt: murió en el día del periodista.
Desde que se subió a su silla de Presidente del Partido Justicialista y dirige desde allí los destinos de la Argentina, Néstor Kirchner a bajado el retrato de Juan Domingo Perón del mismo modo que Hugo Chávez se las arregla para aparecer siempre delante de un gran retarto de Simón Bolívar, hasta en sus viajes por el mundo. Interesante trueque de libertadores para el mágico imaginario colectivo sudamericano.
Clarín de ayer publica en portada una foto que dió la vuelta al mundo. Un conductor borracho que embiste a un grupo de ciclistas en México. La noticia es la foto y en Clarín llegó a la tapa. Una muy buena foto merece la tapa, aunque no se si este es el caso, ya que la definición de la foto no era la suficiente para publicarla en ese tamaño y más chica, como la publicaron muchos periódicos en su interior, era imposible de entender.
Es un ejercicio que enseña a hacer diarios, o por lo menos portadas: buscar los periódicos del lugar del hecho sobresaliente y aprender, aprender, aprender. Ahora fue la muerte de Yves Saint Laurent y los diarios y otras publicaciones de Francia. El premio se lo lleva Libération, con esta tapa estupenda: solo una foto de Saint Laurent que mira por una rendija un desfile de modas.
