"Que decidan si esto para ellos es un negocio o una misión. Si es una misión, que no se asusten, que también te da plata".
Es el mensaje de Bernardo Neustadt a las nuevas generaciones de periodistas. Está en La Nación de hoy y es el extracto de una entrevista que le hizo Tamar Terzakyan -una estudiante de Comunicación de la Universidad Austral- dos días antes de su muerte. En ese texto Neustadt afirma entre líneas que hizo el dinero por tener un ideal. Primero intentó cambiar el mundo y después ganó dinero.
Siempre pensé que es así, pero no que siempre se gana dinero con los ideales en periodismo. Las causasa justas se ganan cuando de pelean, aunque se pierdan. Y perderlas no da dinero. Neustadt no solo tenía banderas, además tenía rating. Y es paradójico que él mismo confiese que fracasó. Se convirtió en multimillonario por sus ideales, pero no consiguió ninguno de sus objetivos.
El error de Bernardo fue guardarse el dinero que ganó. Quizá si lo usaba, igual que al rating, para conseguir los fines que se había propuesto, hubiera cambiado un poco la Argentina.
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