En La Nación de Buenos Aires decidieron abrir el diario de ayer con la foto de Victoria Tanco, una golfista argentina de 14 años que participaba por primera vez en el Abierto de la LPGA. Quemaron la foto como se queman las naves y acertaron, porque el viernes Victoria no pasó el corte clasificatorio y tuvo que retirarse del torneo. Estas decisiones dan fama de mufa, gafe o salado a los periodistas y a sus diarios (una superstición incomprensible entre gente escéptica y culta).
El jueves a la noche debieron razonar así en la reunión de portada de La Nación:
-"Victoria Tanco hizo un águila en su primer US Open y terminó apenas un golpe sobre el par de la cancha", anunció el jefe de deportes.
-"¿Y qué hacemos si mañana vuelve a deslumbrar con su juego?"
-"Si la ponemos el primer día y gana el campeonato vamos a tener que ocupar tapa y contratapa..."
-"¿No le vamos a dar mala suerte?"
El jueves a la noche no hay otra edición que la del viernes. La respuesta a cualquier objeción es esa. Ya veremos qué hacemos mañana y qué nos trae el día. Reservarse para el futuro en las apuestas de un diario es siempre una decisión por lo menos cobarde. También desgraciada.