Rupert Murdoch no descubrió la pólvora ni inventó la máquina de escribir, pero qué razón que tiene (cfr: Murdoch goes to War). No es una novedad para nadie que la esencia del periodismo son las primicias y las exclusivas, pero hace tiempo que intentamos hacerlo contanto todos lo mismo y al mismo tiempo. Murdoch lo sabe quizá más por viejo que por sabio, pero sobre todo sabe que lo que vende diarios es la exclusiva, la noticia bomba que no dio nadie antes.
La competencia de internet debería haber despertado esta condición dormida hace tiempo por razones lamentables, más relacionadas con la intromisión de la agenda del poder en los contenidos de los medios de comunicación y especialmente de los diarios. Mientras aparecieron los que dijeron con gravedad de sabihondos que los diarios deben interpretar lo que el público ya sabe por otros medios. O los consultores que venden convergencia para que todos digan lo mismo al mismo tiempo. O los que descubrieron que ahora hay que cerrar a cada minuto, como lo han hecho siempre las agencias.
Las exclusivas salvarán a los diarios a principios del siglo XXI como los hicieron grandes cuando comenzaba el XX, pero para eso los viejos dueños deben deshacerse de sus ahorrativos gerentes graduados en escuelas de negocios que quieren hacer diarios con data entries. O pueden elegir el naufragio con ellos en el puente de mando.
Convergecia y sobrecarga, en Paper Papers, 16/6/08
Los mitos de la convergencia, en Paper Papers, 1/5/08
Prensa recalentada, en Paper Papers, 19/11/07
Los diarios commodity, en Paper Papers, 28/1/06