Clarín y Ámbito Financiero ganan el premio a los mejores títulos porque se acercan más a lo que pasó ayer en Buenos Aires y colocan a los lectores en lo que pasará hoy. Si ayer lo planteaban como una pulseada (medir fuerzas) el resultado fue amplio a favor del campo y a eso había que decirlo. La Nación no agrega nada a lo que se vió ayer por televisión y otros diarios mantienen el equilibrio entre dos actos que no fueron, para nada, equilibrados. Página 12, el vocero del gobierno, tenía la tapa hecha antes de los actos.
Nadie explica la asimetría, un dato esencial de los actos de ayer: el gobierno con todo su aparato y su dinero no llegó a reunir ni un tercio de los que consiguió el campo espontáneamente. Si se me permite la metáfora, en el acto del gobierno había mercenarios, en el del campo eran patriotas ¡y eran tres veces más!
Basados en este equlibrio, o en suponer una pulseada entre iguales, casi todos los diarios de Buenos Aires insistieron en publicar en portada una foto de cada acto: una excepción al principio elemental del diseño que dice que una foto grande es mejor que dos pequeñas. Clarín y La Nación las dimensionan según un criterio desconocido. En Crítica saben lo que hacen, aunque la metáfora del título es muy mala: no es el último round ni de lejos.
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