Los editores intentan ganar tiempo ante lo inexorable: no quieren ser ellos quienes vendan o quiebren sus empresas. Es lo único que se les ocurre ante el acuerdo Google-Yahoo, el inicio del Gran Armagedón, como lo califica Toni Piqué en su post de ayer: Menos lobos, Caperucita.
Hace un año -día por día- escribía La incapacidad para enfrentar el cambio: hoy los dueños de los diarios están demostrando esa incapacidad y a muchos de ellos no les queda otra que vender sus casas editoras a empresarios como Rupert Murdoch, Carlos Slim o Sam Zell.
Los diarios no desaparecerán. Cambiarán. Pero sobre todo cambiarán de dueños. No sabemos quiénes van a ser los media moguls del futuro, pero sospecho que tampoco serán los Slim o los Zell.
Lo comentábamos por línea privada con Toni Piqué: los viejos dueños -los fundadores- serían capaces de hacerse con los nuevos tiempos. Ellos eran unos rebeldes contra el establishment y el statu quo. Los de hoy son ellos mismos parte del establishment y del statu quo. Los viejos dueños ganaban dinero porque hacían diarios, los nuevos hacen diarios para ganar dinero. Como dijo el viejo hijueputa de Allen Neuharth: los periodistas nos vamos demasiado de copas con nuestras fuentes y acabamos convertidos en ellos, apresados en el sindrome de Estocolmo.
Una enfermera gorda viene a vacunarlos con la jeringa en la mano. Deberían enfrentarla con el coraje de sus abuelos en lugar de mezquinarle el culo.
Menos lobos, Caperucita, en Paper Papers, 21/9/08
Primeros rumores de venta del NYT, en Paper Papers, 23/1/08
La incapacidad para enfrentar el cambio, en Paper Papers, 22/9/07
Internet es otro medio, en Paper Papers, 11/8/07
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