sábado, 10 de enero de 2009

Sábado doloroso

No puedo más. Voy a explayarme aquí. Perdonen. Llevo todo el día sufriendo por culpa de una promoción de La Vanguardia: un collar de perlas de un reputado joyero del país. La promoción dice: La Vanguardia ofrece a sus lectores un collar de perlas…

No conozco ningún lector que vaya a llevar ningún collar de perlas. ¿No habría que decir lectoras?

–NO, insiste P* con vehemencia. –Eso sería la típica machada; una discriminación de género.

—¿Y no es poco sensible usar el masculino lectores como genérico? Las teóricas de la cosa dicen que ese lenguaje denota machismo, falta de inclusión o inclusividad y es una reliquia de la histórica dominación masculina sobre la mujer, etc. Y cito: "el lenguaje está construido desde un sistema social patriarcal y, por tanto, injusto y desequilibrado. Ya no se aguanta recurrir al razonamiento de que algo no es correcto gramaticalmente para negar un lenguaje no sexista apoyándose en los patrones que marcan lenguas clásicas como el latín", que se forjó en una "época en la que las mujeres" eran tratadas "como esclavas y eran los hombres los que decidían y concentraban todo el poder". Por ello, el latín "nos supone un lastre, ya que validamos nuestra sociedad mirando siempre a un pasado en el que no se ha tenido en cuenta a más de la mitad de la humanidad, que somos las mujeres". Esto lo dice la Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres.

Llevo pasándola mal todo el día.

Por favor, ayúdenme. Mañana ofrecen (o sea, venden) cuatro perlas, el cierre estándar y el hilo de seda del collar.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cómo puden ayudar los periodistas a que tan loable propósito (conseguir ingresos para la empresa vendiendo collares) sea un éxito? José Luis

Gonzalo Peltzer dijo...

Lectores y lectoras es lo mismo. Es que los varones -así llamamos a los humanos machos en América- son lectoros ¿Porqué los varones no podemos usar collar de perlas?

Anónimo dijo...

¿Y si un lector lo quiere regalar a una no-lectora de La Vanguardia?

Toni Piqué dijo...

Me siento aliviado. Gracias, amigos. He podido leer el periódico sin preocuparme. Y he decidido no comprar el collar. Ahora me inquieta que ninguna lectora ni seguidora del blog me haya echado una mano.

Anónimo dijo...

Vale. Yo soy lectora. De Brasil.
Lo que me llama la atención no es decir letores o lectoras.
Como un diario tan importante pone en su portada, en el alto, una publicidad sobre collares.
Increíble.
Eso sí es tratar noticias como si fueran un producto cualquiera.
Quieren anunciar? Dale, pero que lo hagan abajo. En Brasil, decimos "pé da página". En traducción libre, el pie de la página.
Ni todos quieren ir al quiosco buscar su diario y ver en el alto una publicidad de collares. O recibir su subscrición así en la puerta de su casa.
Estuve hace diez años en Barcelona y me alojé por 30 días en la casa de una pareja de amigos brasileños que hacían doctorado en Geografía.
Todos los días salía a buscar Vanguardia. En 1998, uno podía comprar los domingos un CD-ROM con la Historia de Catalunya. Los tengo hasta hoy conmigo. De buenísiima calidad.
No me acuerdo si la publicidad estaba en el alto de la página.
Vale decir que diez años despues, me desagrada muchísimo leer un periódico que privilegia la publicidad sin respecto alguno al lector o a la lectora.

Abrazos digitales,
Mari-Jô Zilveti
http://nomadismocelular.wordpress.com

Ernesto Olivares dijo...

Me parece un cachondeo lo que hace la gente de marketing de La Vanguardia, pero esto ya traza el delirio.
Ya me veo con mi cartilla el domingo reclamando mi "perla".