"[…] mi coche era mi casa. Era un coupé dotado de un gran maletero. En el lo metía todo: una batería, dos cajas de bombillas para el flash, dos cajas de portachasis, una máquina de escribir, dos botellas de revelador, dos cajas de cigarros, película infrarroja para fotografiar en la oscuridad, dos trajes, algo de comida. Yo no era un burócrata de la comisaría central. Yo quería la libertad de mis movimientos. El crimen no venía a mí, yo lo buscaba. Yo escuchaba los mensajes por radio de la policía. Mi cámara de hacer fotos era mi vida, mi único amor".
Via El Gran Carlos, via P*M*, fotógrafo excepcional.
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