En la radio y televisión españolas trabajan 230 tertulianos, explica hoy Cristina Castro. Sin contar los programas del corazón. Lo dice un estudio de Serfusion. Esos 230 ocupan 480 sillas. Algunos binan y trinan y… Hay tertuliano que opina en cinco programas. "Pilar Cernuda (Herrera en la Onda en Onda Cero, Alto y claro en Telemadrid) y María Antonia Iglesias (La noria, La mirada crítica, ambos en Telecinco) o Carlos Carnicero (59 segundos en TVE 1, La mirada crítica, Hora 25 en la cadena SER) ocupan al menos cuatro sillas habitualmente. Algunos recorren programas de radio y televisión durante mañana, tarde y noche".
Agrega uno que muchos escriben también en la prensa –como los mentados. Usualmente, escuchas a las nueve lo que leíste a las ocho o ves el domingo lo que te dijeron el jueves.
Cristina se para, piensa y pregunta: ¿cuándo tienen tiempo para leer y reflexionar sobre todo aquello de lo que hablan? Genial.
Respuesta: no tienen. Y ellos dirán: Cristina y usted, envidia cochina. Y soberbia puñetera. Quizá. Pero insiste uno: ¿tendrá el tertuliano ciencia infusa? Porque si no tiene ciencia infusa ni tiempo para prepararse… ¿engaña a la gente? ¿su postura ya está tomada de antemano porque tiene amo y es La Voz De? ¿No es esto un fraude? En fin ¿por qué no trabajan?
3 comentarios:
Lo que en un principio comenzó siendo un ejercicio saludable de contraste de opiniones contrapuestas, ha terminado por convertirse en una especie de nueva profesión, ejercida por supuestos superdotados, capaces de opinar con igual sabiduría sobre la cría del caracol en cautividad que sobre la letra pequeña del BOE que, además, ahora pueden ampliar gracias a las virtudes del navegador de Internet.
Claro que son La voz de su amo; claro que opinan siempre lo mismo; por supuesto que no tienen tiempo para leer, casi ni para comer.
La cosa está en que yo tampoco tengo tiempo para oír sus idioteces. Estoy demasido ocupado ejerciendo como tertuliano.
By the way, nunca entendí porqué en España llaman tertulianos a los contertulios... Lo digo en defensa de Tertuliano el de verdad, el cartaginés del siglo III
Por supuesto que está mal dicho. Es otra clara muestra de cómo la idiotez gana terreno cada día. Porque la expresión, GP, ha triunfado plenamente.
Publicar un comentario