Jristos Sotirópulos, aguerrido reportero, es uno de los protagonistas de las novelas policíacas del inspector Jaritos, el castizo personaje creado por Petros Márkaris. En Noticias de la Noche (Nυχτερινό δελτίο, ya saben), el policía le pregunta:
—¿Era una buena periodista? Dame tu opinión, sin tapujos, sinceramente.
—Caía mal a todo el mundo, por lo tanto era una buena periodista –responde [Sotirópulos] lentamente–. El trabajo de reportero consiste en hacerse antipático. Cuanto más antipático, mejor profesional.
Inquiere uno: ¿Sí o no?
2 comentarios:
mientras más cínico, "mejor periodista": peor persona.
BATATERO
En mi humilde opinión, el trabajo de reportero no requiere antipatía ni simpatía, sino algo distinto, pero que también tiene que ver con el "páthos", con el sentimiento: EMPATÍA. Saber ponerse en el lugar del otro, una idea que parece sencilla de entender, pero que no siempre es tan fácil de llevar a la práctica, es requisito fundamental de un buen reportero.
Si el periodista se acerca a quien sufre para contar lo que ocurre no debe intentar ser simpático para desdramatizar una situación. ¿Qué valor tendría entonces la información que transmite, si intenta suavizarla?
Pero ser antipático, imponer una marcada distancia entre quien es protagonista de una noticia y quien la va a hacer pública, significa no llegar a obtener la información que se desea, poner una barrera enre el testigo y el contador de historias.
Ser buen reportero exige que se cree un vínculo con las personas que poseen información relevante para nosotros. Ahí es donde interviene la empatía.
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