Así estaba de alegre el día de hoy
nas bancas. Lo primero que pensó uno: por fin en la prensa nadie disimula el desastre ni lo exagera… La información ganó a las manías. Claro, uno no se hace ilusiones y sabe que todo esto durará poco. Luego: ¿hay Gobierno que resista esto? El español, de momento, continúa abroncando a los periodistas por contar la verdad. Lo llaman "vaticinios apocalípticos". Qué bonito. Lo siguiente es echar a los periodistas la culpa de lo que pasa.
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