"El núcleo del equívoco está en considerar los papeles impresos independientemente de quienes los escriben, como si para un periodista de un medio privado fuese obligatorio e inevitable servir los intereses de su empresario y para un periodista del sector público servir los intereses del partido que lo gestiona. Falso.
La independencia de un periodista depende únicamente del periodista. Quien quiere hacerse respetar puede hacerse respetar: conozco muy pocos editores de periódicos, privados o públicos, que se atrevan a enzarzarse en una guerra con un periodista de carácter y que goce de un cierto crédito ante la opinión pública. Esta es la verdadera garantía de su independencia, no este o aquel aspecto empresarial de la editora. Público o privado, el patrón –salvo rarísimas excepciones– quiere hacer de patrón. Es el periodista quien ha de impedírselo. Y si quiere, puede hacerlo".
Indro Montanelli
Empresa, periodismo y política en La Vanguardia, 4 de octubre de 1989
[Se cayó esta ficha al ordenar una resma de papeles viejos. Muy grande, viejo. Por lo menos da para interrogarse qué K hemos estado haciendo con la profesión desde el 4 de octubre de 1989. Con el periodismo, la única arma que teníamos/tenemos/tendremos.]
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