Esquizofrenia

Arsenio Escolar pone otra vez los puntos sobre las íes acerca del negocio que algunos diarios tienen alrededor de la prostitución. Léanlo ya mismo. Arranca de esta conclusión de La Defensora del Lector de El País en su columna dominical:

Esta defensora considera que esos anuncios [de prostitución] no deberían publicarse en este diario.

Pero, ¡ay!, en la siguientes líneas arrastra los pies: los tiempos de crisis que vivimos no son los más propicios para tomar una decisión de esta naturaleza. Qué pena.

Pero no hay mal que por bien no venga. Por lo menos ya sabemos que su criterio acerca de la publicación de contenidos digamos dudosos depende de la cuenta de resultados y de no molestar al patrón. Como un industrial victoriano: no deberíamos emplear menores en las fábricas y dejaremos de hacerlo cuando los beneficios nos lo permitan. Por no mencionar las contorsiones argumentales –pura patafísica– que emplea un Subdirector del diario y la propia Defensora para decir digo donde dije diego. Era más fácil: hipocresía, doblez, esquizofrenia, sinvergonzonería... Palabras que todo el mundo entiende.

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