Marianne. Un fenómeno. Un semanario irreverente, sin groserías, con gancho. Sus objetivos: el progresismo sesentayochista y el pensamiento único neoliberal –globalización, etc. Bien. Su Manifiesto del 14 de Abril de 2008, en la mejor tradición de la cosa (¡Le Jour de Gloire Est Arrivé!), defiende la laicidad, el republicanismo, la independencia de EEUU, la excepción cultural, etc. Sí, amigas y amigos: el mismo perro con otro collar. Los abajofirmantes son gente dispar: De Villepin, Bayrou, Royal, Chévenement, Delanoë… Oportunismo. Quizá. Pero sobre todo la France éternelle.
La fundaron Jean-François Kahn y Maurice Szafran en 1997. La dirige Laurent Neumann. Reivindican una difusión de 200.000 copias, la mayoría entre jóvenes universitarios –en Francia aún existen universitarios los que se manifiestan por alguna idea, más o menos valiosa, pero idea al fin. El 95% de los ingresos de la revista procede de las ventas y el resto de la publicidad –son libres y, por tanto, pueden ser inteligentes (o tal vez es al revés…).
Dice El Gran Carlos que es el semanario que compran los hijos de los lectores de Libé y Le Monde.
Esta semana, Marianne ironizaba sobre el entusiasmo suscitado entre los que llaman anciens combattants del 68 por los buenos resultados electorales de Los Verdes de Daniel Cohn-Bendit. :D Buenísimo. Philippe Cohen comenta la devoción sobrevenida entre los beatos soixante-huitards y satiriza el concurso de portadas entre Libé, Le Monde y Le Parisien para ver cuál es nombrado Diario Oficial de Dany (ganó Libé, a quien DC-B concedió la primera entrevista. Estaba cantado).
Cohen es un veterano tirador de este género francés que discurre entre la sátira y el panfleto. Si tienen ganas de conocerle y, de paso, conocer el alma negra de Le Monde, no se pierdan su libro "La Face Cachée du Monde". O echen un vistazo a este vídeo sobre su cómic "La face karchée de Sarkozy", que ya lleva vendidas 200.000 copias.
1 comentario:
Eso sí, por la portada parece que el diseño no es su fuerte. Podrían aprender de sus compañeros anglosajones, que prestan un poco más de atención al continente. No son cosas excluyentes.
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