Para los que no están en el ajo debo informar que finalmente el miércoles pasado se anunció el acuerdo para que las empresas de medios canjéen sus deudas impositivas por publicidad del gobierno. Es decir que los medios argentinos podrán cancelar parte de sus impuestos atrasados con aire o papel. La presidente argentina dice que así se defiende de la libertad de prensa de los chicos y medianos. Y confundió la Gazeta Mercantil del Brasil con la Gazeta de Buenos Aires de Mariano Moreno (¿no será yeta/salada/gafe?).
Es probable que esta medida salve de la muerte -por ahora- a algunas empresas chicas y medianas ahorcadas por sus deudas con el fisco, pero también compromete su independencia por razones obvias: permítaseme desconfiar de la limosna del poder más cínico y corrupto que me ha tocado conocer.
El gobierno usa los dineros del estado para salvar su propio pellejo en un momento crucial de campaña para las elecciones del 28 de junio. Roberto García en Perfil del sábado atribuye la medida a las operaciones políticas de Juan Carlos Mazzón y a la voluntad de salvar las deudas del grupo Vila-Manzano.
ADEPA (la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas) no fue invitada a la firma del convenio. Está bien, porque ADEPA no es una cámara empresaria y porque más bien debería alertar sobre la amenaza que supone esta actitud del poder para la libertad de prensa. Como decía seguido un tío mio, no se puede pedir a todos que sean heroicos, quizá por eso resulta hasta natural que los ahorcados se acojan al beneficio de enjugar sus deudas impositivas en esta volada. Lo pagarán con otra moneda y lo notarán con el tiempo en sus ventas, quizá cuando ya no estén los señores K en el poder. Ya estaba dicho en PP hace meses: por más adepas y adiras que los agrupen, en estas circunstancias cada empresa enfrenta en solitario su destino.
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