Lo estoy pensando desde el domingo, cuando apareció esta página -la 10- en Clarín. Primero me gustó y pensé que es lo que hay que hacer. Buena información y mejor periodismo.
Pero en seguida me alarmé: HAY FRAUDE y TRAMPA y hace tiempo y muy extendido: NO ES UN FANTASMA.
Es responsabilidad -y muy grave- del periodismo denunciarlo. ¿Por qué no lo hicieron antes? ¿Por qué no persiguen a los tramposos? ¿Por qué el día de las elecciones la mayoría de los periodistas solo pregunta vaguedades a los políticos? ¿Por qué no descubrimos el fraude si parace tan fácil? ¿Por qué solo mostramos a los candidatos y sus fiestas de la democracia? ¿Por qué no deschavamos la cadena, la falsa gemela, el madrugador, el enfermito, la repartija, el jardín de infantes, la planchadita, la tapadita y toda la picaresca electoral?
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