Clarín publicó el viernes ocho encuestas. Cinco daban ganador el ex presidente Kirchner en la provincia de Buenos Aires, donde el Gran Marido jugaba -y pensaba ganar- su futuro político a todo o nada (son sus palabras textuales). Para las otras tres ganaba por un margen menor Francisco de Narváez, su principal contrincante.
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En la Argentina y en muchos otros sitios del mundo se manipulan las encuestas con el único propósito de hacer fraude, porque intenta vencer la voluntad de los contrarios, de sus votantes y sobre todo de sus fiscales en cada mesa o recinto electoral. Ayer mismo lo intentaron una vez más los voceros y encuestadores del poder con bocas de urna (exit poll) más falsos que dientes de madera, con llamados y mensajes a los periodistas para confundir a la opinión pública. He sido testigo y víctima ayer y otras veces de estas operaciones para empiojar la elección. Como me decía hoy precisamente un consultor en un bar de Posadas: "hay encuestadores que tienen patrones, otros tienen clientes".
Bien La Nación. Muy bien. Eso es PERIODISMO y así se dirige un diario.
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