Parar agresiones
Las continuas y reiteradas agresiones a los medios de comunicación independientes han creado un ambiente de beligerancia, que no se compagina con los derechos de libertad de expresión plenamente garantizados por la Constitución de la República y las expresas disposiciones internacionales de defensa de los derechos humanos, de las cuales es signatario el Ecuador.
Las agresiones a El Universo, a los directivos de La Hora, la violación domiciliaria, agresión a funcionarios y empleados de la revista Vanguardia, el aleve ataque a periodistas de El Comercio, los insultos infundados a diario Hoy, son ejemplos del clima de violencia que el Presidente de la República y algunos miembros de su gobierno han venido sembrando desde que se inició este periodo.
Por todo esto, es indispensable que el Jefe de Estado y los funcionarios de gobierno bajen el clima de confrontación nacional que provocan en muchas de sus declaraciones.
Los ataques a los medios independientes son la evidencia más simple de lo que la población está aprendiendo del actuar de sus dirigentes. El incremento de la delincuencia denunciado por las autoridades policiales y medios de información debe combatirse con el ejemplo de los gobernantes y la acción de las fuerzas del orden para salvaguardar las bases de la democracia.
Demandamos de los funcionarios gubernamentales la moderación que corresponde a un régimen democrático, así como las plenas garantías para el respeto a la libre expresión de todos los ciudadanos y el ejercicio del periodismo independiente.
Los sábados a las 10 de la mañana Rafael Correa protagoniza el Enlace Presidencial que se emite por radio y televisión a todo el país. El programa ya alcanza las cuatro horas de monólogo en las que el presidente relata con detalles y apostillas su agenda de trabajo de la semana que pasó. El final, con una cortina musical ad hoc lo dedica a los medios de comunicación bajo el eslógan La libertad de expresión ya es de todos. El sábado anterior, día 11 de julio, desencajado, Correa arremetió contra la prensa independiente a la que acusó de corrupta y mediocre.
La prensa ecuatoriana publica en estos días los negocios del hermano del presidente, Fabricio Correa, quien multiplicó su patrimonio en los años de gobierno fraterno gracias a sus contratos con el estado ecuatoriano.
El presidente no paró las agresiones. El sábado 19 (el mismo día de la declaración de la AEDEP) atacó a Guadalupe Mantilla, directora y propietaria de El Comercio de Quito.
Rafael Correa y el resto de los nuevos déspotas latinoamericanos juzgan a su pueblo con la vara con la que se miden ellos mismos (cree el ladrón que todos son de su condición). Lo que les molesta de la prensa es que difunda su obsceno abuso del poder y la acusan con razón porque no queda quien se oponga. Al final, como otras veces, la prensa independiente salvará nuestras repúblicas de los abusadores aunque le cueste su propia existencia. Y como otras veces nadie lo reconocerá.
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