El País és plenament conscient que d'interès públic és allò que interessa al públic i és per això que va decidir informar sobre les festes de Berlusconi en forma de serial i en entregues periòdiques. Després d'uns inicis precipitats, que els van obligar a construir arguments ad hoc per fer passar la violació de la intimitat per imperatiu deontològic, els defensors del negoci van decidir deixar reposar el pes de les seves plomes als llavis de la velina d'Addario que, en una entrevista publicada per fascicles, com és imperatiu del gènere, es va convertir en periodista d'investigació. I encara que ha trigat en fer-ho, sembla que el diari finalment pot demostrar la certesa d’algunes de les coses que ha publicat darrerament. Potser el més curiós del cas és que la credibilitat del diari, que tants dies ha estat en mans d'una prostituta de les que cobren per ser noticia i per explicar-ho, hagi acabat posant-se en dubte per la publicació d'una falsa autòpsia de Michael Jackson.Menudo bluff en Paper Papers 14/6/09
Així ho explica la defensora del lector, Milagros Pérez: La mañana del lunes 29 la edición digital de El País publicó en su portada el resultado de la autopsia: el cantante pesaba 51 kilos, tenía el estómago lleno de pastillas, estaba calvo y presentaba cicatrices de al menos 13 operaciones de cirugía estética. El subtítulo aclaraba que eso era "según el diario sensacionalista The Sun". Al final de la tarde tuvo que rectificar: "El informe de la autopsia es falso", decía el titular, a pesar de lo cual, continuaba reproduciendo su contenido. El País va publicar una informació falsa, copiada del diari britànic The Sun, i es pregunta ara si per no passar per mentider en té prou recordant que ell només copiava. Borja Hermoso, redactor en cap de Cultura, explica que es van decidir a publicar-la perquè "la noticia de The Sun sobre la autopsia se propagó rápidamente por la red y El País no podía dejar de darla".
En realitat, però, el diari no només podia deixar de donar-la sinó que la seva obligació era decidir si fer-ho o no, i el més preocupant és que l'error es justifiqui per l'absència d'un criteri clar per decidir sobre aquestes qüestions. Perquè la inmediatesa, que sembla ser la principal preocupació dels editors del digital, no és més que la negació de la raó de ser del periodisme. Perquè citar les fonts per deixar en mans del lector el judici sobre la fiabilitat de la notícia és també el contrari del que ha de fer el periodista, que en nom de la veritat pot ocultar informació però mai al revés, que pot amagar la font per publicar una notícia però mai citar la font per publicar una mentida. La premsa digital no per digital deixa de ser premsa, i la credibilitat dels diaris passa perquè no sigui només per casualitat que diuen la veritat.
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El País es plenamente consciente de que es de interés público aquello que interesa al público y por eso decidió informar sobre las fiestas de Berlusconi en forma de serial y entregas periódicas. Tras unos inicios apresurados, que le obligaron a construir argumentos ad hoc para hacer pasar como imperativo deontológico una violación de la intimidad, los defensores del negocio decidieron reposar el peso de sus plumas en los labios de la velina D'Addario que, en una entrevista publicada por fascículos, como es imperativo del género, se convirtió en periodista de investigación. Y aunque ha tardado en hacerlo, parece que el diario finalmente puede demostrar la certeza de algunas de las cosas que ha publicado últimamente. Quizá lo más curioso del caso es que la credibilidad del diario, que tantos días ha estado en manos de una prostituta de las que cobran por ser noticia y por explicarlo, haya acabado poniéndose en entredicho por la publicación de una falsa autopsia de Michael Jackson.
Así lo explica la defensora del lector, Milagros Pérez: La mañana del lunes 29 la edición digital de El País publicó en su portada el resultado de la autopsia: el cantante pesaba 51 kilos, tenía el estómago lleno de pastillas, estaba calvo y presentaba cicatrices de al menos 13 operaciones de cirugía estética. El subtítulo aclaraba que eso era "según el diario sensacionalista The Sun". Al final de la tarde tuvo que rectificar: "El informe de la autopsia es falso", decía el titular, a pesar de lo cual, continuaba reproduciendo su contenido. El País publicó una información falsa, copiada del diario británico The Sun, y se pregunta ahora si ha recordado lo bastante que sólo copiaba para no pasar por mentiroso. Borja Hermoso, redactor jefe de Cultura, explica que decidieron publicarla porque "la noticia de The Sun sobre la autopsia se propagó rápidamente miedo la red y El País no podía dejar de darla".
En realidad, el diario no sólo podía dejar de darla sino que su obligación era decidir si hacerlo o no. Lo más preocupante es que el error se justifique por la ausencia de un criterio claro para decidir sobre estas cuestiones. Porque la inmediatez, que parece ser la principal preocupación de los editores del digital, no es más que la negación de la razón de ser del periodismo. Porque citar las fuentes para dejar en manos del lector el juicio sobre la fiabilidad de la noticia es lo contrario de lo que debe hacer el periodista, que en aras de la verdad puede ocultar información pero nunca a la inversa, que puede proteger a la fuente para publicar una noticia pero nunca citar la fuente para publicar una mentira. La prensa digital no por digital deja de ser prensa, y la credibilidad de los diarios pasa porque no digan la verdad sólo por casualidad.
jueves, 23 de julio de 2009
La verdad por casualidad
Extraordinario post de Ferran Caballero en El Matí Digital. No hay más preguntas, su señoría. [Acá va íntegro e incluso dejo traducción al español debajo]:
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Credibilidad,
Edición,
Etica
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3 comentarios:
Me pasó algo igual hoy en la Redacción. Me pidieron que hiciera una nota sobre la última carta de Favaloro antes de su suicidio, que circula en muchos blogs.
Primero chequeé esa información en diarios del país. Ninguno lo dio como oficial. Luego lo busqué en los blogs y todos habían copiado y pegado lo mismo. Una nota del 2000, en Clarín, decía que la última carta de Favaloro había sido breve y ésta, que se daba a conocer ahora, era muy larga.
Puede que sea verdad, pero de haber sido así, seguramente Clarín u otro grande ya lo hubiera confirmado, porque no creo que hubieran dejado pasar tan tremenda bomba.
Pero es tan fuerte el impacto que tuvo en blogs -inclusive políticos de primer nivel han hecho circular esa carta por Internet- que te dan ganas de publicarlo.
Decidí no hacerlo ni menos publicarlo. Seguro que podría haberlo construido así: "Difundieron en Internet la última carta de Favaloro", por lo que me desprendo de su verdadera fuente. No sirve: ¿para qué, para tener la nota más leída durante un día, nada más?
Saludos
Mario Simonovich
www.diariouno.com.ar
¡Qué grande, Mario!
La he visto tarde, pero gracias mil por la referencia!
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