No es una denuncia. Es apenas una constatación de la realidad en América Latina. Lo que ocurre hoy con la libertad de prensa y de expresión en el continente no es nuevo y lo sabe cualquiera que haya sufrido la persecusión del poder por pensar diferente y por expresarlo (y cualquiera que haya leído Paper Papers). Hay otros que prefieren mirar para otro lado, que es, siempre, el del poder político. Esos otros se reúnen y reúnen, redactan declaraciones y lamentan circunstancias, mientras tratan de sacarle al poder más dinero, más concesiones y más privilegios a cambio de...
Tampoco digo que es tarde ni que es inútil. Digo, en cambio, que es de esperar de estas asociaciones que ayer publicaron en todos los diarios afiliados el comunicado Sostenido deterioro de la Libertad de Expresión, deberían bajar de una vez por todas a la trinchera y dejar de tomar copas con el poder. Lo veo difícil, entre otras cosas porque todas ellas cuentan entre sus miembros no solo a los que miran para otro lado sino también a los medios del gobierno: esos que deberían echar a la calle por atacar precisamente lo que ellos defienden.
Lea esto y no se me ría. Es la denuncia de El Ciudadano, un periódico digital gubernamental (su director es el Secretario General de Comunicación de la Presidencia del Ecuador) ante la SIP. Ya pasaron unos días y solo hay que agregar que el episodio le costó al cabeza a Juan Carlos Calderón en Expreso de Guayaquil. Lo siento Juan Carlos. De verdad lo siento.
1 comentario:
No se puede creer. Expreso se ha pegado un tiro en la pierna... de esta manera... Qué indigno.
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