Columnas y mi tío

Siete horas menos que en España y dos con la Argentina. Eso me permite todavía meter un post al final del día y de mi viaje a Guayaquil. Vale la pena esta columna de Marcelo Moreno de hoy en Clarín. Moreno (el bueno) no defrauda nunca, como los restaurantes de plaza principal y como estotra de Rolando Hanglin, que escribe de cuando en vez en La Nación. Para colmo, ayer murió Federico (en mi casa siempre se le llamó Marcelo) y me dan el pésame, que agradezco en su nombre y en el de la historia que ahora me animaré a contar, de un examen que aprobé porque un profesor de Economía Política me confundió con uno de sus hijos.