Peor es la decisión de El País, El Mundo y La Vanguardia de publicar en su página de inicio el clip con el enfado de la Secretaria de Estado al oír la pregunta. Durante horas. Y de centrar sus crónicas en esa anécdota.
Ese clip es, al parecer, es lo más destacable de la visita de Clinton a un país donde ya han sido violadas 3.500 mujeres este año y al que los EEUU destinarán 17 millones de dólares para remediar ese desastre, según anunció la Secretaria de Estado (este dato no viene en ninguna de las crónicas y el primero sólo en uno de los diarios).
El enfado de Hillary Clinton, titula uno. ¿Y por qué no La estupidez de una estudiante?
En el NYT no encuentro nada del enfado y sí una documentada crónica sobre la penosa situación en ese país africano. Con periodismo. Con los 17 millones y todo lo demás, incluido este detalle:
One woman, Chantal Mapendo, 32, came up to Mrs. Clinton and told her how she had been living for three years with her six children in the camp and that it was dangerous for her to go out to look for food, because women were often raped doing so. “Our life is very bad,” she said.Y la información del WaPo es aún mejor. Incluído el vídeo.
¿Es que no tienen vergüenza en esos tres diarios? ¿Qué periodismo es ese? ¿Es que todo hay que tomárselo jijí, jajá, jujú, y olé esa coñita salerosa, también las tragedias más hirientes? Uno imagina cómo se decidió destacar ese clip, prudente y sabiamente, en alegre biribilketa, que dice J*. Qué risas, qué alegría, qué jolgorio.
Habría que explicarle todo eso a Chantal Mapendo. A ver qué le parece.
[Foto: Roberto Schmidt/Agence France-Presse-Getty Images para el NYT]
1 comentario:
Por desgracia al parecer lo único que importa es conseguir vender algunos diarios más, en lugar de informar, que es lo que uno quiere cuando compra un ejemplar, información.
Hacer caso omiso de las ayudas a ese país y publicar en su lugar ese enfado denota la falta de profesionalidad de esos diarios y mira que son de los principales ya que los leemos a diario.
Con lo que la veracidad que esperamos de ellos es detestable mente insatisfactoria.
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