Cuelga en el quiosco esta portada y a uno le da un poco de pena. Qué despiste. ¿Cómo va a salvar Gordon Brown el mundo si es incapaz de remontar la situación de su país? Qué digo: ni de su partido, destinado a darse un batacazo colosal en las próximas elecciones. Ni de su gobierno, del que le han dimitido seis ministros senior después del desastre de las municipales de este año. Los mandarines del Labour debaten ya cómo librarse de su Primer Ministro. Y todo eso después del escándalo de los gastos de los señores parlamentarios laboristas del que informó el Telegraph.
¿Qué autoridad y liderazgo tiene Brown, un político más quemado que el zepelín Hindenburg?
Ignora uno en qué mundo vive Newsweek. Esta Casa ya ha señalado otros síntomas de la decadencia del semanario. ¿Cómo van a confiar en esa revista los lectores exquisitos en los que quiere concentrarse si sus editores manifiestan tamaña falta de sentido común y periodístico? Ese periodismo tampoco tiene autoridad ni liderazgo. Apaga y vámonos.
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