Condé Nast ha cerrado cinco títulos (< Gourmet entre ellos) y despide empleados pero lanza aplicaciones para consultar las revistas supervivientes en el iPhone. Sign O' The Times. Una editora tan alérgica a la Nueva Economía, tan familiar y papelera… y es la primera en presentarse con algo así.
El estreno se hará con el GQ de Diciembre. Todo es muy condenastiano: el lector debe comprar la aplicación cada mes en el AppleStore por 2,99 US$. El contenido es el mismo que el impreso, adaptado a la Nueva Pequeña Pantalla. Bueno, con vídeos y audio, claro. Y la editora no vende los anuncios en el segmento bajo de su tarifa; al contrario.
La ABC contará cada aplicación vendida como un ejemplar vendido.
Muy bien, Condé Nast. Pero… la diferencia con el precio por ejemplar de la suscripción impresa es del 200%: el papel cuesta un dólar, frente a los 2,99 de la aplicación. Y además van a encajar el contenido del impreso en la pantallita del iPhone, en lugar de pensar y editar una publicación para ese soporte y su tipo de lector.
De momento, se conforman: han desarrollado la aplicación en tres meses. Hay prisa. McKinsey, tras el examen veraniego de la compañía, recomendó sencillamente: rebajen sus presupuestos en un 25%. Y Media Ink calcula que la editora debe enjugar una caída de ingresos de 400 a 500 millones de US$ respecto a 2008. La pérdidas estimadas de 2009: unos 200 millones de US$.
La frase malvada del mes: Condé Nast, el General Motors de las revistas.
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