No tengo ni idea de qué fue lo que realmente pasó entre Carlos Pagni y el poder en la Argentina. Lo he seguido como un lector más, pero convencido de que se trataba de una operación sucia contra el periodista. La maniobra huele a SIDE, a Kirchner y a cuerno quemando.
Las operaciones siempre se cuelgan de una grieta. Por eso, para enfrentarse al poder hay que tener la conciencia tranquila y el ropero limpio. Ya dice el gran PT que a la pelea hay que ir sin ropa, para que no tengan de donde agarrarte.
Siempre me pongo del lado del perseguido porque soy periodista (o soy periodista porque me pongo del lado del débil, no lo sé), pero además me consta que los criminales juzgan a la los demás desde su propia conducta. Estos hechos -como la operación de inteligencia en contra de Pagni- califican más a los autores que a la víctima y dejan claro que son ellos los que compran y venden influencias, trapos sucios y pescados podrido.
Después de este preámbulo va la columna de Carlos Pagni en La Nación de hoy. A los videos ni vale la pena verlos.
Se confirma que son capaces de cualquier cosa y que esto se pudre más rápido de lo que creía.
Algo huele a podrido, en Paper Papers, 8/10/09
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