Suenan de nuevo los clarines del apocalipsis demográfico. ¡Campaña a la vista! El mensaje es el de siempre: el mundo necesita menos gente –gente pobre, claro.
Hace dos semanas, The Economist canonizaba la baja natalidad y el control de población como factor de desarrollo en uno de sus leaders y en un largo –y argumentado– briefing. Esta semana es Le Monde quien lleva en portada el enésimo informe pesimista de la ONU sobre la cosa. Enseguida entrarán en juego La Repubblica, Süddeutsche Zeitung y el resto de sospechosos habituales. Se admiten apuestas.
El control de población es un asunto sobre el que el periodismo mantiene una de esas sospechosas unanimidades que cancelan la actitud profesional de contrastarlo y comprobarlo todo. Le Monde, por ejemplo, titula en condicional. Pues vaya.
Sorprende la facilidad con que ganan portadas los partidarios del control de población (de la pobre, la más indefensa, repito) y la ferocidad con que se maltratan y desprecian las soluciones alternativas.
Es tan setentero todo esto.
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