Los dos diarios de Junín, en la provincia de Buenos Aires, han llegado con su pleito hasta la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP). La Verdad, el más antiguo (1917) es matutino, propiedad del arzobispado de Mercedes-Luján y parece que dobla en circulación a su contrincante. Democracia es propiedad de Héctor Moisés Lebensohn y salía a la calle por las tardes (ahora es matutino) desde 1931, cuando fue fundado por don Moisés Lebensohn (padre de Héctor), figura sobresaliente y gran orador de la Unión Cívica Radical en la provincia de Buenos Aires.
La Verdad ha conseguido la exención del pago del IVA amparado en su condición eclesiática. Esto ha irritado a Democracia, que denunció la desigualdad en ADEPA, la SIP y la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos). ADEPA, la SIP y otros organismos no gubernamentales, le dieron la razón a Democracia, cuyo director fue vicepresidente de ADEPA hasta fin de septiembre y es socio activo de la SIP desde fines de noviembre de este año. La gente de La Verdad ni aparece por ADEPA, ADIRA ni la SIP.
Lebensohn dice que no discute el privilegio de La Verdad. Lo que le irrita es que se trate de un diario de interés general, que cobra los ejemplares y la publicidad de un modo comercial (ya: le preocupa el privilegio...). Sostiene que la exención debería darse si se tratara de un medio con fines exclusivamente pastorales o catequéticos. Pero La Verdad alega que todas las actividades de la Iglesia (y de otras instituciones de bien público) tienen privilegios impositivos porque su fin no es ganar dinero sino la beneficencia: si La Verdad gana dinero es para el culto o para darlo a los pobres. Ni la Iglesia ni ninguna institución de bien público pagan impuestos por las rentas de alquileres de sus propiedades o de las explotaciones agropecuarias que ocupan para ampliar sus fondos de beneficencia.
La Verdad se aprovecha de un privilegio que irrita a su competencia y la competencia intenta derribar ese privilegio acudiendo a cuanto foro puede llegar. A raíz de este pleito La Verdad ha agregado un link a L'Osservatore Romano y un anuncio de la transmisión la misa del domingo en la parroquia San Ignacio de Junín. Además aclara su condición confesional. Pero a la vez sigue siendo el periódico matutino preferido por los lectores de Junín y su zona de influencia. Tampoco se aprovecha de ningún parentesco político con el gobierno de Junín, radical desde que tengo memoria (y aclaro que ambos diarios tienen la misma publicidad oficial del municipio).
Ni la Iglesia, ni Lebensohn, ni el intendente, pueden cambiar la Constitución Nacional que en su artículo segundo establece que "El gobierno federal sostiene el Culto Católico Apostólico Romano". Si un estado al organizarse decide proteger a la Iglesia Católica, a los aborígenes, a los menores o a los minusválidos, no se puede acusar a la Iglesia, a los aborígenes, a los menores o a los minusválidos de aprovecharse de ese privilegio. Las leyes son así: hay que cumplirlas o cambiarlas. Por eso no creo que prospere en ningún tribunal cuestión alguna para igualar a La Verdad con Democracia.
En la Argentina y en otros países de América la Iglesia y el Estado también tienen universidades y colegios y hasta diarios, radios y canales de televisión, que compiten por su público con entidades privadas que pagan impuestos como cualquier hijo de vecino. Es el caso de La Verdad de Junín y por eso creo que Democracia está gastando tiempo y hasta dinero en una causa perdida.
Ambos diarios deberían intentar ganar a su competencia con más periodismo y menos lobby.
Agrego sin más comentarios este y estotro links de Bloc de Periodista sobre el tema.
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