domingo, 28 de marzo de 2010

¿Basta una sospecha?

El artículo de opinión de un ex sacerdote y periodista arranca así:
Se multiplican cada día las sospechas de que el papa Benedicto XVI, ya desde años lejanos, hubiese podido participar en la penosa operación de ocultar a los sacerdotes que se habían manchado con el crimen de violación de menores, incluso de sordomudos. Si se llegara a probar dicha complicidad de quien hoy rige los destinos de la Iglesia, ello podría constituir una grave responsabilidad de la comunidad cristiana mundial con el mismo Papa.
Y a partir de aquí –una sospecha, ningún hecho– insinúa con toda la mala onda posible lo que él mismo no sabe, ni confirma, ni prueba. Toda su base es "sospechas", "se multiplican", "años lejanos", "hubiese podido", "si se llegara", "podría constituir"… Vaya.

"Se dice, se oye, se comenta". Con esto no tenemos ni para hacer un mal breve. No es un principio ético sino meramente técnico. Lo sabe cualquier periodista profesional –meapilas o anticlerical, da lo mismo; no es este el tema. Pero a Juan Arias y a El País les bastan unas sospechas (serán las suyas) para calumniar a Joseph Ratzinger. Lo contrario de lo que explica aquí muy bien Juan Luis Cebrián.

Los periodistas honestos trabajamos con hechos, no con suposiciones, sospechas, condicionales… Cuando se emplea el condicional… es que no se tiene trincada la información.

Para que me entiendan: ¿Qué tal si el donde dice "Benedicto XVI" y "Papa" dijera Juan Arias? Hagan la prueba poniendo su propio nombre. Verán qué bien, qué simpatía. O, ya puestos ¿por qué no poner detrás del condicional otros delitos peores? Total, si basta con la sospecha…

Ni la Inquisición condenaba con tan pocas pruebas. Quizá Roland Freisler o Andrei Vishinski… Pero, entre periodistas… ¿por qué habrán publicado eso en un diario que suele usar altos estándares profesionales y que es una referencia profesional? ¿Por incompetencia, por manía, por descuido, por vagancia, por amargura? Porque para informar, contextualizar u ofrecer una opinión documentada ya se ve que no: un simple repaso de un pasante basta para descartar la pieza. Dijera lo que dice o su contrario.

Y aquí, otro que tal baila. Llegó, juzgó, condenó. Sin datos, sin pruebas. Nada. Qué pena.

Para comparar, les propongo que lean este editorial sobre la cosa de The Economist. Y esta entrevista a John Allen [Clic>Amplía], el mejor periodista que hoy cubre el Vaticano. Profesionales.

Más sobre el periodismo de sospecha en Paper Papers 1/11/09
El País y el periodismo de sospecha en Paper Papers 1/11/09
Tiro al blanco y a la banca en Paper Papers 15/12/08
Periodismo sin sospecha en El País 1/11/02

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Diego Contreras está haciendo un seguimiento muy acertado de las noticias que salen estos días en los medios de comunicación. Les recomiendo pasarse por www.laiglesiaenlaprensa.com Podrán comprobar las estrategias de manipulación y exageración que siguen algunos.

Pablo

Anónimo dijo...

Y qué hacemos con este?

http://www.economist.com/world/europe/displaystory.cfm?story_id=15663981

Toni Piqué dijo...

Leerlo con mucha atención, eso es lo que he hecho. The Economist sigue una línea ejemplar en este asunto –para variar- teniendo en cuenta su prejuicio anticatólico (cualquier suscriptor sabe esto, guste o no guste el prejuicio).

Anónimo dijo...

Muchas gracias. Entiendo el punto, pero como lector -no soy profesional del periodismo- no soy capaz de ser tan benevolente con esta nota, aún reconociendo que se trata de una publicación excelente en casi todo lo demás...