Es cierto que, al elegir los hechos, las imágenes y las citas, al caracterizar a las personas reales sobre las que escribimos, quienes realizamos reportajes trabajamos, en muchos aspectos, como los novelistas. Pero, si tenemos en cuenta esa responsabilidad respecto a la historia y la promesa de “no ficción” que hacemos a nuestros lectores, debemos atenernos a los hechos de la mejor forma posible. No debemos cambiar el orden de los acontecimientos ni siquiera “ligeramente”, ni “sacar punta” a nada que aparezca entre comillas. Todos cometemos errores. Nadie puede ver una situación en su conjunto ni ser totalmente objetivo. Todo el mundo tiene un punto de vista. Ahora bien, si digo que vi una cosa, es que vi esa cosa. No estaba en otra calle, en otro momento, ni me lo contó alguna otra persona mientras tomábamos una copa en el bar del hotel.
Ninguna plataforma ni red da más autoridad que trabajar de ese modo de forma sostenida y guardar escrupulosamente ese Pacto de Lectura. Ya sé que es de sentido común y profesional. Por eso mismo insisto.
Sobre si la ficción ayuda a contar la verdad en Paper Papers 2/3/10
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