La pelea de los autoritarismos latinoamericanos con la prensa que denuncia sus excesos está descubriendo la misión del periodismo. No se pierdan la columna de Joaquín Morales Solá en La Nación de Buenos Aires de hoy.
Lo dijimos muchas veces, por ejemplo aquí, aquí, aquí y sobre todo aquí, incluidos sus jugosos comentarios y variados enlaces.
Kirchner lo hizo, en Paper Papers, 10/11/09
4 comentarios:
Es buenisima la columna, da gusto leer algo así
Creo sin temor a equivocarme que parte de lo que le sucede hoy al periodismo tienen que ver con la pérdida creciente de credibilidad que están teniendo.
Todos los actores con poder en nuestra sociedad son y fueron criticados por sus acciones (muchas veces reales, muchas veces armadas) Los políticos, los gremialistas, los empresarios, los religiosos, los militares. Nunca antes esa crítica recayó sobre quienes están acostumbrados a realizarlas.
Bienvenidos al mundo de las caras descubiertas, lugar donde todos nos hacemos cargo de la cuota de poder que tenemos.
Es inadmisible que como periodista no reconozcas entre una noticia, una crítica, una opinión o un ataque sin tregua hacia el poder ejecutivo argentino.
Se mandaron con los botines de punta y se encontraron con otro más loco que los enfrento sin eufemismo. Tengan la dignidad y el valor de no victimizarse.
Realmente siento Eke no poder darte la razón... o sí. Lo que pasa es que esos a los que te referís no son periodistas aunque algunas veces se le parezcan. La credibilidad para un periodista es determinante y es el corazón y la lógica de su negocio. Cuando la perdés, morís. Los embates del poder solo mejorarán el negocio de los creíbles. El problema es que el negocio de los falsos es otro, entonces tampoco se termina. Y en los falsos incluyo a los que atacan sin tregua como los que defienden a ultranza.
Pido lo mismo que Eke. Me parece que el periodismo ha hecho un culto a la mediocridad y el valetodo... mucho antes que el kirchnerismo germinara, la prensa ya tenía mala prensa a nivel social. Recuerdo que en el 2001, el Iberobarómetro, ya los tenía con muy baja credibilidad, lamentablemente.
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