Si hubiera que ponerle un numeral como diario sería el 16 en Buenos Aires (el 17 será Tiempo Argentino). Aunque se llame Diario, Z no es diario sino semanario –aunque el nombre descubre sus intenciones. Por ahora aparece los jueves, editado en Buenos Aires por la Fundación Octubre, que también edita Caras y Caretas, vinculado indisolublemente al SUTERH (por su nombre histórico: Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal).
La fórmula es igual a la de Crónica: un sindicato que tiene dinero y autorización para invertir un porcentaje en negocios que no tienen nada que ver con sus afiliados. Un medio no es mala idea cuando el Secretario General tiene ambiciones políticas en la perinola Kirchner/Narváez. Víctor Santa María es el actual mandamás del sindicato por derecho sucesorio y ley sálica: es hijo del anterior, José Francisco Pepe Santa María. Entre ambos llevan desde 1975 al frente del gremio. Víctor tiene también una radio AM (750) para apalancar una candidatura en la ciudad de Buenos Aires. Quizá por eso dedica a la política (y a pegarle al gobierno actual de la ciudad) la tapa y las primeras trece páginas de las 32 del número de anteayer. El resto de la edición 23ª se distribuye así (no pongo los nombres de las secciones sino los temas tratados): defensa de los bosques; historia del himno nacional (en el informe, que en otros números es un tema ciudadano); un barrio; bicentenario; tecnología; sexo; tendencias; deportes; música; sociales; agenda; cartelera; horóscopo; entrevista. De local, solo la sección Barrio x barrio y la agenda —a juzgar por la cantidad de espacio, en Buenos Aires no pasa casi nada.
Dirige el emprendimiento una misionera, Natalia Cabral Vigo, hija de la senadora nacional por Misiones, Élida Vigo, y del diputado provincial Salvador Cabral Arrechea, ambos del Frente Renovador (partido provincial hoy kirchnerista). En otros tiempos los tres fueron cercanos a Gustavo Béliz. La Jefa de Redacción es Patricia Carini (ex Clarín) y la coordinadora Teresa Pacitti (ex Perfil). Imprimen 3.000 ejemplares, que se venden en los quioscos a 3 pesos (0,75 centavos de dólar). Es un número increíble si se tiene en cuenta que SUTERH tiene muchísimos más afiliados en Buenos Aires. No pude averiguar el número, pero sé que 6.000 personas asistieron a la cena de fin del año pasado en la Rural (Narváez) y unas 11.000 a la de 2008. Pero es que el periódico no se reparte a los porteros (perdón, encargados de edificio) sino que se vende en los quioscos a quien lo quiera comprar como cualquier medio gráfico de información general y casi no han hecho publicidad. No conseguí todavía números de venta neta y parece que están en trámites para ingresar al IVC.
Una lástima. Sí, una lástima, porque sigue faltando un diario que haga periodismo local en Buenos Aires.
Los diarios de Buenos Aires son nacionales y no de Buenos Aires. Y Diario Z pierde la oportunidad de convertirse en el hiperlocal de una ciudad con tres millones de historias apasionantes.
Están a tiempo... Pero no sé cómo lo harán sin falla su credibilidad por culpa de la política y siguen tirándose con diarios entre ellos, total lo que les sobra es la plata.
Señores políticos, no usen el pseudo periodismo para decirse las cosas entre ustedes. Llámense por teléfono y ya está. La gente –el público, los votantes– ni mira esas páginas, que, además, ya no son creíbles ni para ustedes.
¿Quieren votos? Entonces hagan lo que tienen que hacer y dejen que el periodismo cumpla con su trabajo. Cuando hacen estas cosas están diciendo a todo el mundo que tienen el culo sucio y demasiados esqueletos en el closet.
1 comentario:
Esto recién comienza. Crónica ya no es Crónica ni la vieja Crítica. El que ríe último (Z)...
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