Silvio Berlusconi es el protagonista de no pocas de esas cintas. Y los asuntos de conversación no son la crisis del euro o los terremotati de l'Aquila.
Ahora pretende promulgar una ley que castigará arbitrariamente con multas y sanciones tremebundas la difusión de esas conversaciones. La semana pasada olvidé subir esta portada/tapa de L'Unità donde sus periodistas llaman en primera a la desobediencia civil contra este nuevo engendro jurídico. Bien:
En The New York Times son más finos y entrevistan al magnífico Ferruccio de Bortoli, director del Corriere della Sera (antes lo fue de Il Sole/24 Ore, que es por lejos –muy, muy lejos– el mejor diario de Italia). Y está de acuerdo… con L'Unità. Bien también.
Un consenso que va de lado a lado del arco periodístico no puede ser desatendido sin daños. Espero.
[Siento el despiste: esto asunto es de la semana pasada]
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