Los abajofirmantes se arrancan con un aleluya muy republicano en el que la libertad de los medios es necesaria… para tener un Etat moderne. Vaya. Uno pensaba que la libertad era para mucho más. Pero, bueno, no está mal tener un Etat moderne. Ese Etat –prosiguen– sería la Suecia abierta e incorrupta, contrapuesta al populismo podrido de Italia y Rusia. Bien.
Frédéric Filloux, en su Monday Note del lunes, explica muy bien el pésimo estado del negocio Le Monde. Yo agrego, además: el diario es peor de año en año. Claro, una cosa va con la otra. ¿O es que los periodistas son ajenos a la decadencia de su periódico? Frédéric también detalla la pésima e incoherente gestión que los ejecutivos de la editora llevan desde hace… lustros.
Luego dejan caer otra tirada heroica e infranchissable y establecen sus condiciones:
Uno no es economista, es suscriptor desde hace años. Y tan fan que hasta disfruta releyendo o leyendo Mondes antiguos. Y firma todo eso. El punto 2, por ejemplo, lo firmaría diez o doce veces: liberté, indépendance, etc. no incluye renunciar a apretarse el cinturón, o sea, a despedir y/o a reducir salarios.Or, l'indépendance du Monde est aujourd'hui menacée. Fragilisé par la crise, lesté d'une dette insupportable, le groupe est devenu vulnérable. Tous les pouvoirs, publics ou privés, qui seraient tentés d'en profiter pour attenter à son indépendance et à son histoire doivent réfléchir à leurs responsabilités. Dans quelle société, avec quel niveau de liberté et de prospérité, veulent-ils que nos enfants vivent ? Pour nous, la poursuite de l'indépendance du Monde passe par le respect, par les actionnaires qui participeront à son indispensable recapitalisation, de trois conditions:
1. Mettre des moyens financiers suffisants pour permettre au Monde non seulement de survivre, mais d'investir.
2. S'engager sur la totale indépendance de la rédaction, cela ne préjugeant en rien des contraintes budgétaires que la relance de "notre" quotidien rend incontournables.
3. Plus important encore, dénoncer publiquement toute intervention politique, de quelque bord qu'elle soit, pendant la durée des négociations. Pour nous, l'information libre et indépendante, telle qu'Hubert Beuve-Méry l'a conçue et qui a conduit à l'aventure du Monde, reste un bien public indispensable. Qu'il nous faut défendre aujourd'hui plus que jamais.
No pocas redacciones confunden una cosa y la otra, por ejemplo la que nos ocupa. Al final parece que sólo garantiza la indépendance el dinero y no la virtud de los periodistas –el hábito de ser libres y ejercer como tales a cualquier precio. Una virtud que a veces lleva a sacrificarse para mantener libre y vivo el diario –un diario como este. Se ve que no acaba de ser el caso. Vean:
"On average, a journalist at Le Monde works 15% to 20% less than its counterpart at The Guardian or El País".
Claro que hay unos mínimos. Independencia y jornadas de 14 horas no mezclan bien. Independencia y pobreza se llevan fatal. Pero aquí no hablamos de mileuristas y gente que no llega a fin de mes. Mire: un empleado de la rotativa, en Francia, gana €50.000 anuales; trabaja 32 horas semanales, 164 días al año. Despedirlo cuesta una media de €466.000.
Los periodistas no deben estar mucho peor.
Tiene siempre uno la impresión de que la mítica Sociedad de Redactores del Monde quiere los beneficios y hasta los privilegios del propietario pero ninguno de sus esfuerzos y, menos aún, de las eventuales pérdidas. Así no vale.
Frédéric Filloux, en su Monday Note del lunes, explica muy bien el pésimo estado del negocio Le Monde. Yo agrego, además: el diario es peor de año en año. Claro, una cosa va con la otra. ¿O es que los periodistas son ajenos a la decadencia de su periódico? Frédéric también detalla la pésima e incoherente gestión que los ejecutivos de la editora llevan desde hace… lustros.
Todo eso es lo que ha fragilizado al Monde. ¿A qué viene acusar preventivamente a una gente que, de entrada, debe poner 100 millones de euros y después lo que te rondaré morena?
Sin embargo, mesdames et messieurs, nuestros abajofirmantes no dicen nada de todo eso. Ni una línea. Y mira que son todos economistas... Pues no señor. Lo que hacen es avisar muy severa y dramática y preventivamente a los futuros dueños: touche pas notre quotidien! Todo eso podían y debían habérselo dicho a los actuales gerentes de la cosa hace años y ahorrarnos la monserga del intelectual comprometido.
Si me pasan a la firma un manifiesto sobre notre quotidien asegúrense de que reclama la destitución de todos sus gerentes y de la cúpula de la redacción y da la bienvenida a nuevos accionistas.
Recemos a San Hubert Beuve-Méry, a ver si nos salva el Monde… del propio Monde.
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